México eleva aranceles a países sin TLC; empresas alertan por encarecimiento y disrupciones en cadenas

13:00 10/12/2025 - PesoMXN.com
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El Congreso avaló un paquete arancelario que incrementa impuestos de importación a 1,463 fracciones para bienes originarios de naciones sin tratado comercial con México, con tasas que en su mayoría oscilarán entre 20% y 35%. La medida, cuyo objetivo es blindar a la planta productiva frente a prácticas desleales, impacta sectores como automotriz, textil, vestido, plásticos, electrodomésticos y calzado. De acuerdo con estimaciones del sector, el ajuste cubre importaciones por unos 51,910 millones de dólares, equivalentes a aproximadamente 8.3% del total, con especial incidencia en insumos y productos provenientes de China, que concentra cerca de 58% de las compras a países sin TLC.

Organismos empresariales advierten que el golpe no se limita a bienes finales. La Cámara de Comercio y Tecnología México–China subraya que componentes eléctricos, electrónicos y piezas críticas integradas a manufacturas de exportación podrían encarecerse o escasear, reduciendo competitividad y elevando precios al consumidor. Además, autoridades y cámaras reportan que Beijing analiza medidas espejo, lo que abriría la puerta a represalias sobre exportaciones mexicanas en segmentos donde el país busca ganar terreno, de la agroindustria a bienes intermedios.

Especialistas recuerdan que México ya dispone de instrumentos de defensa comercial —antidumping, cuotas compensatorias y salvaguardas— que permiten intervenir caso por caso con evidencia de daño. El llamado del sector privado ha sido acotar el alcance, distinguir entre insumos sin oferta nacional y bienes con capacidad de producción local, y otorgar un periodo de transición que permita evaluar sustitución real de importaciones sin frenar líneas de producción. Esa ventana, apuntan, ayudaría a alinear la política con estándares de la OMC y dar certidumbre a la inversión.

Desde el comercio organizado y los servicios, la CONCANACO SERVYTUR sostiene que el proceso careció de una consulta amplia y que ya se observan señales de enfriamiento en regiones fronterizas: mayor disponibilidad de bodegas, ajuste de turnos en maquila e IMME​X y menor dinamismo del empleo formal. El riesgo, advierten, es pegarle a bienes intermedios que no se fabrican en el país y sostienen miles de puestos; las mipymes —que representan 99% de las empresas— enfrentan menos margen para absorber costos regulatorios y aduaneros crecientes.

ANTAD y Coparmex enfatizan el traslado casi inmediato de mayores aranceles a precios finales, con mayor impacto en hogares de menores ingresos. Aparatos básicos como refrigeradores de entrada, hornos de microondas, juguetes o ventiladores podrían encarecerse si no existe oferta local suficiente. También señalan que subir aranceles no garantiza más producción nacional si persisten cuellos de botella estructurales: trámites complejos, crédito limitado para mipymes, costos logísticos y energía con variaciones de calidad y disponibilidad.

El telón de fondo macro suma matices. La inflación general se ha moderado desde los picos de 2022–2023, pero persisten riesgos en mercancías y servicios. Un shock de costos por aranceles podría añadir presión a bienes duraderos, complicando la trayectoria de la política monetaria. Al mismo tiempo, la ola de relocalización mantiene alta la demanda por naves industriales en el norte y el Bajío, pero muchos proyectos dependen de insumos asiáticos para arrancar operaciones. Un peso relativamente fuerte abarata importaciones, aunque no compensa por completo nuevos gravámenes ni la congestión en puertos como Manzanillo y Lázaro Cárdenas.

En el frente externo, Estados Unidos y la Unión Europea han endurecido su postura frente a ciertas importaciones chinas, y la revisión del T-MEC en 2026 podría incentivar un alineamiento adicional de reglas y vigilancia de triangulación. México podría redirigir compras hacia socios con TLC —incluidos América del Norte y varios países de América Latina—, pero la diversificación toma tiempo y no siempre ofrece especificaciones, volúmenes o precios comparables en el corto plazo.

El impacto fiscal luce acotado: la recaudación adicional sería marginal frente a las necesidades de consolidación presupuestaria. En cambio, los efectos de segundo orden —mayores precios al consumidor, ajustes en planes de inversión, y posibles respuestas de socios comerciales— podrían pesar más en la actividad. Sectores exportadores como automotriz y electrónica, que anclan el crecimiento manufacturero, vigilan la disponibilidad de partes y el cumplimiento de reglas de origen sin elevar costos.

Hacia adelante, el mercado seguirá atento a eventuales listas finas de exenciones o diferimientos para insumos sin producción nacional, al papel de programas como IMMEX para mitigar efectos en bienes temporales y a la coordinación con la autoridad investigadora en defensa comercial. La clave, coinciden analistas, será balancear protección focalizada con competitividad, en un entorno donde la certidumbre regulatoria y la electricidad confiable pesan tanto como los aranceles.

En síntesis: el ajuste arancelario busca nivelar la cancha, pero su diseño y ejecución determinarán si fortalece la industria o encarece la vida diaria sin detonar inversión. La capacidad de segmentar insumos críticos, mantener diálogos sectoriales y cuidar el anclaje de expectativas de inflación serán determinantes en los próximos meses.

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