Nafin acelera financiamiento verde para pymes con enfoque en eficiencia energética y competitividad

Nacional Financiera (Nafin) está reforzando su oferta de créditos sustentables para pequeñas y medianas empresas con el objetivo de reducir su consumo de energía y, al mismo tiempo, aliviar costos operativos. El programa, enmarcado en el llamado Plan México del gobierno federal, prioriza a compañías manufactureras, textiles, de hotelería, alimentos y bebidas, así como a proveedores del sector automotriz, segmentos con alto potencial de ahorro y fuertes presiones de competitividad.
De acuerdo con la institución, el esquema arranca con un diagnóstico energético sin costo para la empresa, a partir del cual se define un plan de inversiones en eficiencia. Los créditos —canalizados vía intermediarios financieros— contemplan plazos de hasta ocho años, periodos de gracia y un monto máximo de 15 millones de pesos, con una tasa tope de 16%, por debajo de los costos típicos que enfrentan muchas pymes en el mercado tradicional. Nafin se ha fijado como meta beneficiar a por lo menos 1,200 empresas; a la fecha, alrededor de 240 ya han accedido a este financiamiento.
El énfasis en eficiencia llega en un contexto de elevada demanda eléctrica, episodios de estrés en la red y costos energéticos volátiles para la industria, además de tasas de interés aún altas en términos históricos. Para las pymes —que representan la gran mayoría de las unidades económicas del país y aportan una porción significativa del empleo y del PIB—, bajar la factura eléctrica puede ser la diferencia entre mantener márgenes o posponer inversiones. En ese sentido, un crédito con horizonte de mediano plazo y gracia inicial facilita proyectos cuyo retorno suele materializarse en los primeros años.
Las intervenciones más comunes incluyen iluminación LED, variadores de frecuencia, motores de alta eficiencia, modernización de sistemas de refrigeración y aire comprimido, gestión térmica en procesos, recuperación de calor, corrección de factor de potencia y, cuando el sitio lo permite, generación distribuida con paneles solares. Según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), alrededor de 62% de las emisiones de gases de efecto invernadero en México se asocian a la generación y uso de energía; por ello, la eficiencia energética es una palanca inmediata y costo-efectiva para reducir emisiones sin frenar la actividad productiva.
La estrategia también se alinea con las exigencias de descarbonización en cadenas globales de suministro. Con el impulso del nearshoring, proveedores en el norte y el Bajío enfrentan requerimientos de sus clientes para reportar y disminuir emisiones de alcance 2 y 3. Avances en eficiencia y autoconsumo eléctrico mejoran la huella de carbono y pueden abrir puertas a nuevos contratos. En paralelo, la Taxonomía Sostenible de México, impulsada por la Secretaría de Hacienda, ofrece un marco para etiquetar y movilizar capital hacia proyectos verdes, lo que podría ampliar el acceso a financiamiento competitivo para pymes.
Persisten, no obstante, retos operativos: capacidad de interconexión en ciertas zonas, tiempos de entrega de equipos, permisos locales y la necesidad de proveedores técnicos calificados para instalación y mantenimiento. La nueva administración federal ha señalado su intención de fortalecer la infraestructura eléctrica y ampliar la generación limpia, lo que —de concretarse— facilitaría escalar proyectos de eficiencia y generación distribuida en el sector empresarial.
En el corto plazo, el desempeño del programa de Nafin será un termómetro de la adopción de tecnología eficiente entre pymes y de su capacidad para capear costos energéticos. Si los ahorros esperados se materializan y las tasas continúan estabilizándose, el financiamiento verde puede convertirse en una herramienta recurrente para elevar la competitividad, reducir emisiones y anclar inversiones productivas en regiones con mayor dinamismo manufacturero.
En síntesis, el crédito sustentable de Nafin combina diagnóstico técnico, condiciones financieras razonables y un foco en sectores con alto potencial de ahorro. Su avance podría aliviar presiones de costos en pymes, apoyar metas de descarbonización y fortalecer eslabones clave del nearshoring; el reto será escalarlo con agilidad, asegurar calidad en las implementaciones y remover cuellos de botella en infraestructura y trámites.