Productores de frambuesa en EU piden freno a importaciones mexicanas en vísperas de la revisión del T-MEC

05:55 16/12/2025 - PesoMXN.com
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Productores de frambuesa en EU piden freno a importaciones mexicanas en vísperas de la revisión del T-MEC

En la antesala de la revisión sexenal del T-MEC, productores de frambuesa en el estado de Washington intensificaron su cabildeo ante la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) para frenar el avance de la oferta mexicana. En audiencias públicas recientes, la Washington Red Raspberry Commission sostuvo que las importaciones desde México están presionando a la baja los precios y mermando los márgenes de una industria local que, afirman, opera al límite. La inconformidad se enmarca en un déficit agrícola estadounidense que, según estimaciones presentadas por el sector, podría rondar los 49,000 millones de dólares en 2025, lo que agrava la sensibilidad a choques competitivos en cultivos especializados.

Los productores de Washington aseguran que la comparación de costos los deja en desventaja: mientras su fruta se comercializa entre 2.70 y 2.80 dólares por libra, la frambuesa mexicana se ofrece cerca de 1.50 dólares por libra. Atribuyen la brecha a menores costos laborales en México, regulaciones menos onerosas y eficiencias logísticas derivadas de la cercanía y de reglas comerciales del T-MEC. De acuerdo con datos citados por el sector, México produjo alrededor de 175,500 toneladas de frambuesa en 2024; Jalisco concentró la mayor parte, seguido de Michoacán y Baja California. La mayor parte de los embarques tiene como destino Estados Unidos, aunque la red exportadora mexicana se ha diversificado hacia Canadá, Europa, Medio Oriente y Asia.

La discusión no es nueva. Un estudio 332 de la Comisión de Comercio Internacional de EU publicado en 2021 ya había documentado el peso creciente de México como abastecedor de frambuesa fresca y congelada. Desde entonces —alegan los productores de Washington— la tendencia se acentuó: su producción retrocedió mientras las importaciones mexicanas avanzaron con mayor rapidez. El sector pide instrumentos correctivos en la revisión del T-MEC, entre ellos aranceles estacionales o cuotas. Como referente, citan el historial del tomate mexicano, donde la terminación de acuerdos de suspensión ha reactivado controversias y medidas antidumping en el pasado, con tasas cercanas a 17% en ciertos episodios.

Para México, el desempeño de las frutas rojas se ha convertido en uno de los motores más dinámicos del agroexportador. El valor de las ventas externas de frambuesa y otras berries ha escalado con rapidez en los últimos años, según cifras oficiales, y forma parte del conjunto de productos agroalimentarios que compite entre los primeros lugares por generación de divisas junto con cerveza, tequila, aguacate y carne. También participan empresas estadounidenses vía asociaciones o filiales con productores en estados clave, lo que ha integrado más la cadena transfronteriza.

El contexto macro también pesa. La apreciación del peso en 2023–2024, el encarecimiento de insumos y las nuevas exigencias laborales y ambientales en ambos países estrechan márgenes y obligan a ganar eficiencia. En el noroeste de Estados Unidos, el incremento de salarios agrícolas, empaques y energía ha sido un factor de fondo; en México, las alzas al salario mínimo y cambios regulatorios han moderado la brecha de costos, aunque ésta persiste. A ello se suma la vulnerabilidad climática a ambos lados de la frontera, que altera calendarios de cosecha y eleva la volatilidad de precios entre fruta fresca y procesada.

Si Washington obtiene medidas de salvaguarda, el impacto podría sentirse en precios al consumidor en EU durante ventanas estacionales y en los ingresos de productores y empacadoras mexicanas, con potencial efecto en empleo regional. México, por su parte, podría recurrir a los mecanismos de solución de controversias del T-MEC si juzga que cualquier acción viola los compromisos del acuerdo. En paralelo, la industria nacional continuará con estrategias de diversificación de mercados, mayor valor agregado (congelado, IQF, procesado) y certificaciones de sostenibilidad para mantener acceso preferencial y mitigar riesgos reputacionales.

De cara a la revisión del T-MEC prevista para 2026, la agricultura seguirá bajo la lupa. Lo que ocurra en el calendario de USTR, el rumbo del dólar y del peso, la discusión de la Farm Bill en EU y la inflación de alimentos serán factores que marcarán la negociación. Para el sector frambuesero, el reto es equilibrar competitividad, cumplimiento y estabilidad de precios, en un comercio cada vez más integrado pero también más escrutado.

En síntesis: la presión de productores en Washington revela tensiones crecientes en un mercado binacional altamente integrado. El auge exportador mexicano convive con quejas por diferencias de costos y márgenes comprimidos en EU. La manera en que se canalicen estas fricciones en la revisión del T-MEC definirá precios, inversión y empleo a ambos lados de la frontera durante los próximos años.

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