Empresarios japoneses muestran renovado interés en México como socio estratégico ante incertidumbre global

Ante la tendencia creciente de proteccionismo comercial, especialmente en Estados Unidos, Japón consolida a México como pieza clave en su estrategia de diversificación económica. Recientemente, una misión empresarial organizada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) recorrió diversas ciudades japonesas con el fin de fortalecer la presencia de empresas mexicanas en uno de los mercados más exigentes a nivel mundial.
Durante esta visita de diez días a Osaka, Kioto y Tokio, empresarios mexicanos identificaron nuevas oportunidades de colaboración en sectores como la industria automotriz, electrónica, agroalimentos, dispositivos médicos y tecnología avanzada. El mercado japonés, conocido por su altos estándares de calidad y preferencia por relaciones comerciales de largo plazo, representa una puerta de entrada relevante para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) mexicanas, que buscan insertarse en cadenas de valor internacionales.
Japón es actualmente el principal inversionista asiático en México, con una inversión acumulada superior a los 38 mil millones de dólares, y ocupa el tercer puesto como socio comercial del país en Asia. El intercambio comercial entre ambas naciones alcanzó los 23,648 millones de dólares en 2024, aunque la balanza se inclina claramente en favor de Japón. Las principales exportaciones mexicanas hacia el país asiático incluyen minerales de cobre, plata, autopartes, productos agrícolas y dispositivos electrónicos.
En contraste, México importa de Japón automóviles, maquinaria industrial, electrónica e insumos médicos, evidenciando una integración significativa en sectores productivos de alto valor. Durante la misión empresarial, firmas niponas como Panasonic, Omron y Kyocera manifestaron su interés en consolidar la red de proveedores mexicanos, sobre todo en áreas de manufactura especializada y tecnologías emergentes, como la integración de sistemas 5G e inteligencia artificial en agricultura y logística.
La experiencia permitió identificar prácticas empresariales japonesas que podrían beneficiar a México, tales como la apuesta por la innovación, la calidad y la inclusión laboral. Sin embargo, también se destacó la necesidad de que el país incremente su presencia en foros internacionales; por ejemplo, la ausencia de México en la Expo Mundial Osaka 2025 es considerada una oportunidad desaprovechada para promover turismo e inversión.
Expertos y funcionarios mexicanos señalaron que la integración de las MiPyMEs al mercado japonés es vital para generar empleo, fortalecer el tejido industrial nacional y diversificar la economía frente a escenarios globales inciertos. En ese sentido, se enfatizó la importancia de crear un entorno regulatorio competitivo y transparente, así como políticas públicas que incentiven la internacionalización de empresas mexicanas.
En conclusión, México atraviesa un momento crucial para profundizar su relación comercial y de inversión con Japón. El interés nipón es tangible y ofrece ventanas de crecimiento en sectores estratégicos, pero aprovechar este potencial implica visión de largo plazo, enfoque en calidad y avances en materia de integración productiva y presencia internacional.