Citi avanza en la desinversión de Banamex y eleva utilidades, en un entorno financiero mexicano de tasas altas y mayor competencia
Citigroup reportó un incremento de 16% en su ganancia neta del tercer trimestre, hasta 3,800 millones de dólares, y un alza de 23% en la utilidad por acción a 1.86 dólares, impulsado por ingresos sólidos en todas sus divisiones. El resultado llegó a pesar de que el banco reconoció una pérdida contable de 726 millones de dólares relacionada con la venta del 25% de su filial mexicana Banamex por aproximadamente 2,300 millones de dólares a un grupo encabezado por el empresario Fernando Chico Pardo.
El movimiento forma parte de la estrategia de Citi para separar su banca de consumo y empresarial en México: conservará el negocio institucional —corporate y banca de inversión— bajo la marca Citi, mientras que Banamex continuará enfocado en clientes minoristas y pymes. La operación, sujeta a autorizaciones regulatorias, avanza en paralelo a los preparativos para una eventual oferta pública de acciones (OPI) del resto de Banamex, con la que el grupo busca cristalizar valor y profundizar el mercado de capitales local.
En el trasfondo, Grupo México presentó una oferta no solicitada por 9,300 millones de dólares que fue rechazada, tras intentos fallidos de venta total en 2023. Citi adquirió Banamex en 2001 por 12,500 millones de dólares; desde entonces, la institución ha enfrentado ciclos regulatorios y de crédito propios de la economía mexicana, pero también la consolidación de un sistema bancario con altos niveles de capitalización y rentabilidad, parcialmente favorecido por tasas de interés elevadas.
Para México, la reorganización de Banamex ocurre en un momento de crecimiento moderado, con la actividad apoyada por el nearshoring y la inversión en manufactura, mientras el consumo se desacelera tras varios trimestres de tasas de referencia históricamente altas. El Banco de México ha comenzado a valorar recortes graduales una vez que la inflación se encamine de forma sostenida hacia su objetivo, un factor que podría reactivar la demanda de crédito en 2025 y mejorar la calidad de activos en portafolios de consumo.
El desenlace de Banamex tiene implicaciones competitivas. La entrada de nuevos inversionistas y una eventual OPI podrían ampliar el flotante en el mercado local, fortalecer la gobernanza y acelerar la digitalización en banca minorista, un segmento donde fintechs y bancos medianos han ganado terreno. A la par, la autoridad antimonopolios y el regulador bancario evaluarán concentración, solvencia y continuidad operativa, elementos clave para un sistema que ha mostrado resiliencia ante choques externos y volatilidad cambiaria.
Para Citi, la pérdida por la desinversión es principalmente contable y se enmarca en un proceso global de simplificación de su huella internacional. Los ingresos por comisiones y banca transaccional se han visto favorecidos por mayor actividad corporativa, mientras que la gestión de costos y provisiones sigue bajo escrutinio de inversionistas ante un ciclo de crédito que, si bien estable, presenta focos de atención en tarjetas y microcrédito.
En el corto plazo, el mercado observará el calendario regulatorio, la valuación de Banamex frente a comparables locales y el apetito de inversionistas institucionales domésticos, en un entorno donde el peso firme y la inversión extranjera directa ligada a relocalización continúan sosteniendo el atractivo del país. Aspectos patrimoniales y culturales —como colecciones de arte y edificios históricos— han sido considerados para permanecer en México, elemento sensible para la opinión pública y las autoridades.
De concretarse la OPI, el mercado de valores mexicano podría beneficiarse con mayor liquidez y una referencia adicional en banca minorista; para los usuarios, la clave será que la transición preserve servicio, inversión en canales digitales y disponibilidad de crédito para hogares y pequeñas empresas. La ejecución ordenada del carve-out será determinante para el valor de la franquicia y para la percepción del riesgo sistémico.
En síntesis: Citi mejora utilidades pese al cargo por Banamex, avanza en la separación de su negocio en México y prepara el terreno para una OPI. Para la economía mexicana, el caso es un termómetro de competencia bancaria, profundidad del mercado de capitales y capacidad regulatoria. El foco adelante estará en tiempos de aprobación, valuación, dinámica de crédito en un entorno de tasas aún elevadas y la continuidad operativa hacia los clientes.