Hacienda defiende consolidación fiscal: más recaudación, inversión social y sin nuevos impuestos

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sostuvo ante el Senado que la expansión de programas sociales y el impulso a la inversión pública en el primer año de la administración de Claudia Sheinbaum han sido posibles sin recurrir a una reforma fiscal. El titular de la dependencia, Édgar Amador Zamora, atribuyó el desempeño a una mayor eficiencia recaudatoria y a acciones contra la evasión, al tiempo que descartó recortes en áreas sensibles como salud, educación y vivienda social.
De acuerdo con el funcionario, el reforzamiento del control aduanero —apoyado en infraestructura tecnológica, logística, legal y operativa— ha elevado la recaudación del comercio exterior a tasas reales superiores a 22%. En el periodo enero-agosto, los ingresos tributarios se ubicaron 88,656 millones de pesos por encima de lo programado, mientras que el gasto ejercido fue 321,973 millones de pesos menor al calendario, lo que refleja un ajuste del ritmo de erogaciones sin afectar las prioridades sociales, según Hacienda.
La dependencia proyecta cerrar 2025 con un déficit público de 4.3% del PIB y una deuda en torno a 52.3% del PIB, niveles que considera compatibles con la sostenibilidad fiscal. En materia de manejo de pasivos, se destacó la colocación de bonos de referencia con vencimientos en 2032 y 2038 por 6,794 millones de dólares y el prepago de dos emisiones con vencimiento en 2026 por 3,593 millones, como parte de una estrategia para suavizar el perfil de amortizaciones y aprovechar ventanas de mercado.
El énfasis en eficiencia recaudatoria llega tras un 2024 marcado por un impulso contracíclico del gasto y un déficit históricamente elevado, que ahora transita hacia una consolidación gradual. En este contexto, México mantiene grado de inversión por parte de las principales agencias, apoyado por un marco macroeconómico prudente, un banco central con postura restrictiva y un sector externo sólido. No obstante, persisten riesgos: la desaceleración global podría moderar el IVA y el ISR, la presión de pensiones continúa al alza y Pemex sigue siendo un pasivo contingente relevante por su elevada deuda y necesidades de inversión.
En el frente real, la dinámica de inversión asociada al nearshoring y a la relocalización manufacturera sigue siendo un soporte para el crecimiento de mediano plazo, especialmente en el norte y el Bajío. Para maximizar su impacto, el gasto público en infraestructura logística y energética —redes eléctricas, transmisión y puertos— será clave para aliviar cuellos de botella y anclar proyectos privados. Al mismo tiempo, el desempeño del peso y la trayectoria de la inflación seguirán condicionando el ritmo de relajación monetaria del banco central, con efectos sobre el costo de financiamiento del sector público y privado.
Hacia adelante, la viabilidad de mantener el gasto social sin nuevos impuestos descansará en consolidar la base tributaria, profundizar el combate a la evasión y balancear cuidadosamente la inversión pública. El proceso presupuestal y la ejecución durante 2025 serán determinantes para confirmar la senda de consolidación y preservar la confianza de los mercados, mientras se atienden rezagos en servicios públicos y competitividad.
En síntesis, Hacienda apuesta por una consolidación fiscal sustentada en mayor eficiencia recaudatoria y una ejecución más selectiva del gasto, preservando ejes sociales. El reto será sostener esta trayectoria en un entorno externo incierto, con finanzas de Pemex bajo observación y la necesidad de acelerar infraestructura estratégica para capitalizar plenamente el nearshoring.