Inegi prevé tropiezo de la actividad en septiembre y una pausa en octubre; la industria sigue cediendo y los servicios amortiguan

08:15 20/11/2025 - PesoMXN.com
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Inegi prevé tropiezo de la actividad en septiembre y una pausa en octubre; la industria sigue cediendo y los servicios amortiguan

La economía mexicana habría entrado en una fase de moderación más visible al cierre del tercer trimestre. De acuerdo con el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del Inegi, en septiembre la actividad total habría caído 0.5% a tasa mensual y 0.7% anual, y en octubre habría permanecido sin variación tanto frente al mes previo como respecto del mismo mes del año anterior. El dato preliminar sugiere que el dinamismo observado a inicios de 2024 se enfrió en el segundo semestre, en un entorno de condiciones financieras restrictivas y señales de debilidad en la manufactura.

Por grandes sectores, el sesgo recesivo provino de la industria. Para septiembre, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial habría retrocedido 0.4% mensual y 3.3% anual, reflejando la pérdida de tracción en manufacturas y la fatiga en construcción. En contraste, las actividades terciarias mostraron resiliencia, con un alza marginal de 0.1% mensual y 1.1% anual. Para octubre, el IOAE anticipa estancamiento agregado, con una contracción anual de 2.1% en manufacturas y un aumento de 0.9% en servicios.

Un análisis de Monex destaca que entre enero y agosto el sector industrial acumuló un descenso anual de 1.8% en cifras originales, por lo que la debilidad manufacturera y el freno constructivo seguirían condicionando el cierre del año. En paralelo, los indicadores de confianza empresarial se mantuvieron en zona de contracción en manufactura, construcción y comercio tras tres meses de avances, un patrón consistente con compras cautelosas de insumos, menor inversión de corto plazo y una cartera de pedidos menos robusta.

El enfriamiento industrial se explica, en parte, por un ciclo manufacturero externo menos favorable y por la normalización del impulso de obras públicas que dominaron los últimos años. La demanda de Estados Unidos, clave para las exportaciones mexicanas, ha mostrado altibajos, en tanto que el sector automotor ha operado con ajustes de producción y mezcla de modelos. Si bien el proceso de relocalización de inversiones (nearshoring) mantiene proyectos en el pipeline y una ocupación industrial elevada en el norte del país, la materialización en obra y capacidad instalada toma tiempo y enfrenta cuellos de botella en electricidad, permisos y logística.

En el frente doméstico, el consumo ha fungido como amortiguador gracias a remesas históricamente elevadas, aumentos en el salario real y un mercado laboral aún resiliente. Sin embargo, las tasas de interés continúan en niveles restrictivos y el desvanecimiento de impulsos fiscales tras la conclusión de megaproyectos limita a la construcción. La inflación general ha cedido respecto a los picos de 2022-2023, pero los servicios mantienen presiones, lo que ha llevado al banco central a actuar con cautela en cualquier eventual ciclo de normalización monetaria. La volatilidad cambiaria observada en episodios recientes también ha repercutido en costos y expectativas empresariales.

Con este telón de fondo, los riesgos para el último tramo del año lucen equilibrados, aunque con sesgo a la baja por el lado industrial: una desaceleración adicional de la demanda externa, tasas aún elevadas y la consolidación fiscal prevista para 2025 podrían contener el avance de la actividad. En el lado positivo, una mayor entrada de inversión vinculada al nearshoring, avances en infraestructura energética y una baja gradual de tasas conforme lo permita la inflación podrían apuntalar la demanda interna. El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de septiembre, que se publicará en los próximos días, confirmará la magnitud de la caída mensual y permitirá ajustar las proyecciones para el cierre de 2024, que el consenso sitúa en torno a 2.0%–2.5% anual.

En síntesis, los datos oportunos dibujan un cuarto trimestre con un piso de crecimiento más bajo: la industria resta, los servicios resisten y el balance de riesgos depende de la trayectoria de la inflación, las tasas de interés y la demanda de Estados Unidos. La confirmación del IGAE y la lectura de los indicadores de confianza e inversión serán claves para evaluar si la economía transita hacia un estancamiento transitorio o hacia una desaceleración más prolongada.

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