México enfrenta recortes en proyecciones de crecimiento económico ante desafíos globales

El Banco Mundial redujo a 2.3% su previsión de crecimiento económico global para 2025, en un contexto de crecientes tensiones comerciales, incertidumbre política internacional y persistentes presiones inflacionarias. Estas condiciones adversas repercuten de manera significativa en América Latina y, particularmente, en México, cuya economía enfrentará uno de los escenarios más complejos de la región en los próximos años.
De acuerdo con el organismo, la economía latinoamericana también crecerá 2.3% en 2025, una cifra que representa una baja de 0.2 puntos porcentuales respecto a lo anticipado previamente. El informe advierte que el crecimiento global se encamina a registrar en esta década uno de sus promedios más débiles desde la década de 1960, lo que supone riesgos importantes para los niveles de vida y el desarrollo en varias regiones.
En el caso específico de México, el Banco Mundial estima que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá apenas 0.2% en 2024, cifra que representa una reducción considerable de 1.3 puntos porcentuales respecto a las proyecciones recientes, y proyecta un avance de 1.5% para 2026. Este desempeño, inferior al promedio regional, se atribuye principalmente al endurecimiento de las barreras comerciales por parte de Estados Unidos, su principal socio comercial. Washington ha implementado aranceles del 25% sobre diversas importaciones mexicanas no incluidas en el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), afectando significativamente las exportaciones mexicanas, que dependen en gran medida del mercado estadounidense.
Alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas en 2024 tuvieron como destino Estados Unidos, de las cuales aproximadamente la mitad no cumplían con los requisitos del T-MEC, resaltando la vulnerabilidad estructural de la economía mexicana ante cambios en la política comercial de su vecino del norte. Además, el mantenimiento de tasas de interés elevadas, tanto a nivel internacional como doméstico, ha comenzado a impactar la demanda interna, desincentivando el consumo y la inversión privada.
El informe también señala que América Latina en general se enfrenta a un entorno de creciente proteccionismo comercial y menor dinamismo en las exportaciones debido a la desaceleración del comercio global y la caída prevista en los precios de las materias primas. No obstante, la resistencia de la demanda interna ha evitado un deterioro mayor en algunas economías de la región.
De manera más amplia, el Banco Mundial advierte que los riesgos para las economías latinoamericanas permanecen elevados. Entre estos riesgos figura una posible desaceleración más pronunciada en Estados Unidos —lo que afectaría aún más a México—, una ralentización de la economía china, y una disminución en la capacidad de los migrantes para enviar remesas, un factor clave para varios países de la región. Además, la inflación permanece cerca del extremo superior de los objetivos de los bancos centrales, limitando el margen para recortar tasas de interés y estimular el crecimiento.
En perspectiva, los analistas subrayan la necesidad de que México diversifique sus mercados de exportación y fortalezca su mercado interno para reducir su exposición a shocks externos en el corto y mediano plazo. En el contexto actual, la agenda pendiente incluye reforzar la competitividad, atraer más inversión extranjera directa —principalmente a raíz de una posible relocalización de cadenas productivas (nearshoring)— y mitigar las vulnerabilidades en materia de comercio externo.
En síntesis, México enfrenta un entorno desafiante debido al aumento del proteccionismo global y su alta dependencia del mercado estadounidense, sumados a condiciones monetarias restrictivas y crecientes presiones inflacionarias. Si bien la economía no está en riesgo inminente de recesión según el Banco Mundial, los bajos pronósticos de crecimiento subrayan la urgencia de implementar reformas estructurales y políticas que fortalezcan la resiliencia ante futuras perturbaciones externas.