Inflación sube de forma marginal en la primera mitad de agosto y preserva espacio para ajustes graduales de tasa

La inflación anual en México aumentó de manera ligera en la primera quincena de agosto y se ubicó en 3.49%, de acuerdo con cifras del Inegi. El registro quedó apenas por encima del 3.48% observado al cierre de julio y por debajo de lo previsto por analistas, que esperaban 3.66%. El movimiento confirma que las presiones de precios siguen contenidas en términos generales, aunque con diferencias entre rubros.
La inflación subyacente —que excluye energía y agropecuarios— se situó en 4.21% anual, marginalmente menor a la de julio. Con la lectura general dentro del rango objetivo del Banco de México (3% ± 1 punto porcentual) y una subyacente que cede muy gradualmente, el balance apunta a que la política monetaria se mantendrá prudente: el banco central conserva una postura restrictiva y cualquier recorte adicional de la tasa dependerá de señales más claras de desinflación en servicios y de la trayectoria de expectativas.
Por componente, los mayores incrementos en la quincena vinieron de productos agropecuarios como chile serrano, limón y tomate verde, además de la carne de res. En servicios, loncherías, fondas y taquerías, la vivienda propia y las colegiaturas universitarias aportaron a la variación, mientras que en mercancías destacaron alzas en artículos del hogar como detergentes, cremas para la piel y papel higiénico. En contraste, retrocedieron los precios del jitomate, el pollo, el huevo, los plátanos y algunos servicios como el transporte aéreo y el cine, categorías con alta estacionalidad que suelen moderarse tras el pico vacacional de verano.
El comportamiento mixto refleja un patrón conocido: la inflación no subyacente continúa mostrando alta volatilidad por choques de oferta en el campo y por la normalización de tarifas en servicios turísticos, en tanto que la subyacente —sobre todo servicios— avanza más lentamente a la baja. De cara a las próximas quincenas, será relevante monitorear el efecto de las reinscripciones y colegiaturas de septiembre, así como los ajustes estacionales en tarifas eléctricas que inciden en algunas ciudades.
En el frente macro, la demanda interna se mantiene relativamente firme apoyada por el empleo formal y aumentos salariales que, en promedio, han superado a la inflación, mientras que el tipo de cambio ha mostrado episodios de volatilidad asociados al ciclo de tasas en Estados Unidos, los flujos financieros y la percepción de riesgo global. La agenda de inversión vinculada al nearshoring continúa impulsando manufacturas y logística, especialmente en el norte y el Bajío, aunque persisten cuellos de botella en energía y agua que podrían influir en costos. Factores climáticos —olas de calor, sequías o ciclones— siguen siendo un riesgo para los precios agropecuarios.
Para los hogares, la lectura de agosto implica que la pérdida de poder adquisitivo se ha moderado respecto a los picos inflacionarios de años previos, pero la persistencia en servicios puede limitar una desinflación más rápida. Para las empresas, la combinación de costos laborales al alza y una inflación general contenida sugiere un entorno de márgenes mixtos, con necesidad de eficiencia operativa. Las expectativas de mediano plazo continúan relativamente ancladas alrededor del objetivo de Banxico, aunque la convergencia plena hacia 3% podría ser más lenta si los servicios no ceden con mayor tracción.
Hacia adelante, el mercado estará atento a: la senda de la inflación de servicios tras el regreso a clases; la evolución de los precios agropecuarios ante riesgos climáticos; el comportamiento del tipo de cambio y su traspaso a precios; y las decisiones de política monetaria, donde un ciclo de recortes será gradual y condicionado por la evidencia de desinflación sostenida. Cualquier ajuste en precios y tarifas administradas, así como la discusión presupuestal, también podría influir en el panorama inflacionario de fin de año.
En síntesis, el repunte quincenal fue acotado y por debajo de lo esperado, con la inflación general dentro del rango de Banxico y una subyacente que cede lentamente. El escenario respalda una postura monetaria cauta, dependiente de datos, y sugiere que la ruta hacia la meta de 3% seguirá siendo gradual, con vigilancia particular sobre servicios, agropecuarios y estacionalidad educativa.