La escalada arancelaria entre EU y China reacomoda riesgos y oportunidades para México

07:52 17/10/2025 - PesoMXN.com
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La escalada arancelaria entre EU y China reacomoda riesgos y oportunidades para México

La posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles de 100% a productos de origen chino volvió a encender las alertas en los mercados y en las cadenas de suministro de Norteamérica. El presidente estadounidense, Donald Trump, admitió que un gravamen de esa magnitud no sería sostenible en el tiempo, aunque lo justificó como respuesta al endurecimiento de los controles de exportación de tierras raras por parte de China. El paquete en discusión incluye también nuevas restricciones a exportaciones de software crítico y se enmarca en un ambiente de negociación tenso, con una eventual reunión con el presidente Xi Jinping en la agenda.

Para México, el segundo mayor socio comercial de Estados Unidos y epicentro del reacomodo productivo por el nearshoring, el giro proteccionista puede tener efectos mixtos. En el corto plazo, la sustitución de importaciones chinas en el mercado estadounidense abre una ventana para fabricantes mexicanos de autopartes, electrodomésticos, equipo eléctrico, muebles, textiles y ciertos bienes de capital. Ese desvío de comercio podría reforzar los flujos de inversión hacia plantas ya instaladas en el norte y el Bajío, así como nuevos proyectos que buscan reglas claras bajo el T-MEC.

El lado menos favorable reside en la profunda integración de México con insumos asiáticos. Una porción significativa de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos incorpora componentes chinos, desde electrónicos y tarjetas de circuito hasta partes plásticas y maquinaria. Si Washington refuerza controles de origen o limita el uso de tecnologías y software con insumos chinos, las empresas en México enfrentarían mayores costos, revisión aduanera más estricta y posibles disrupciones. Además, un escrutinio más severo contra la triangulación podría alargar tiempos logísticos en la frontera, justo cuando la competitividad depende de entregas rápidas.

El tema de tierras raras añade otra capa de complejidad. China domina el procesamiento de estos elementos clave para imanes, turbinas, vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos. México no cuenta hoy con una cadena instalada de extracción y separación de tierras raras, por lo que la industria local permanece expuesta a choques de oferta y precios internacionales. Iniciativas para diversificar proveedores fuera de Asia podrían abrir nichos para México en etapas de manufactura final o reciclaje de componentes, pero requieren inversión, tecnología y reglas claras en materia ambiental y de permisos.

En el frente macroeconómico, un aumento arancelario amplio en Estados Unidos tendería a encarecer insumos y bienes terminados, con potencial traslado a precios en México vía costos importados y tipo de cambio. En un contexto en el que la inflación local ha cedido pero permanece por encima del objetivo del banco central, presiones externas adicionales podrían prolongar una postura monetaria restrictiva. La volatilidad cambiaria también podría repuntar, elevando costos de cobertura y financiamiento para el sector privado.

Más allá del choque inmediato, la trayectoria dependerá de si las conversaciones bilaterales logran contener la escalada. Un entendimiento parcial reduciría la incertidumbre y permitiría consolidar el nearshoring con menos fricciones. Si, por el contrario, se materializa un esquema arancelario más amplio y controles tecnológicos estrictos, México tendría que acelerar ajustes: sustituir insumos críticos, fortalecer verificación de origen, modernizar aduanas y ampliar capacidad energética e infraestructura para sostener nuevas inversiones. Todo esto ocurre a la vista de la revisión del T-MEC en 2026, que añade un incentivo para avanzar en certidumbre regulatoria y ejecución.

En síntesis, la confrontación comercial entre Estados Unidos y China reconfigura el tablero para México: ofrece oportunidades de mayor producción y atracción de capital, pero también eleva riesgos de costos, cumplimiento y suministro. El saldo final dependerá de la capacidad de las empresas para adaptar sus cadenas y de políticas públicas que faciliten infraestructura, energía y certidumbre, elementos clave para capitalizar el reacomodo sin perder resiliencia.

Observación final: México puede beneficiarse del desvío de comercio hacia Norteamérica, pero el entorno exige contener cuellos de botella, reducir la dependencia de insumos críticos asiáticos y anticipar un mayor escrutinio regulatorio. La combinación de pragmatismo empresarial y políticas pro-inversión será determinante en los próximos trimestres.

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