Récord en comercio exterior: manufactura empuja superávit en octubre, pese a debilidad automotriz
México registró en octubre su mayor nivel mensual de exportaciones e importaciones desde que hay registro, de acuerdo con el Inegi. Las ventas al exterior sumaron 66,133 millones de dólares y las compras 65,526 millones, lo que dejó un superávit comercial de 606 millones de dólares y revirtió el déficit observado en septiembre. El resultado estuvo impulsado por los envíos no petroleros, que cambiaron de signo y aportaron un saldo positivo superior a 2,700 millones.
En términos anuales, las exportaciones totales avanzaron 14.2% y las importaciones 12.8%. El motor fue la manufactura, con un aumento de 17.4% anual en sus exportaciones. Destacaron los repuntes en maquinaria y equipo especial —con un salto atípico de triple dígito atribuible, en parte, a efectos de base y a embarques puntuales—, así como en minerometalurgia y equipos eléctricos y electrónicos. En contraste, el sector automotriz resintió una caída de 14% ante una menor demanda externa, particularmente en Estados Unidos, además de procesos de cambio de modelo que suelen generar baches temporales en el calendario de exportaciones.
Las ventas no petroleras a Estados Unidos, principal socio comercial, crecieron 17.1% anual, mientras que los envíos al resto del mundo subieron 12.3%, reflejo de la resiliencia del aparato manufacturero y del reacomodo de cadenas globales de suministro hacia Norteamérica. En el agro, el desempeño fue mixto: el valor exportado se contrajo 19.5% por descensos en ganado bovino, jitomate, cebolla y aguacate, parcialmente compensados por mayores embarques de camarón congelado y productos pesqueros. Factores estacionales, precios internacionales y condiciones climáticas pueden estar detrás de la volatilidad del rubro.
Del lado de las compras externas, se observó un incremento de 15.7% en bienes de uso intermedio, insumos clave para la producción manufacturera, en línea con la fortaleza exportadora y la integración regional. Las importaciones de bienes de consumo avanzaron 10.7%, mientras que las de bienes de capital retrocedieron ligeramente, una señal de cautela en la inversión productiva pese a los anuncios de relocalización (nearshoring). Este contraste sugiere que buena parte de la expansión industrial continúa apalancándose en capacidad instalada existente y en cadenas de proveeduría ya establecidas.
Entre enero y octubre, el país acumuló un déficit comercial de 2,321 millones de dólares, menor al del mismo periodo de un año antes. El desempeño ha ocurrido en un contexto de peso apreciado y tasas de interés elevadas, factores que abaratan importaciones en dólares y pueden moderar la competitividad de precios al exportar, pero también reducen presiones inflacionarias internas. A la par, los flujos de inversión ligados a la manufactura en el norte y el Bajío han mantenido la demanda de insumos importados, al tiempo que las exportaciones manufactureras hacia Estados Unidos se benefician de la expansión del ciclo industrial en ese país.
Hacia adelante, el balance comercial estará determinado por tres vectores: la trayectoria de la demanda estadounidense, el ritmo de inversión en nueva capacidad —particularmente en sectores como equipo eléctrico, electrónico y autopartes— y los cuellos de botella domésticos en energía y logística. La normalización del sector automotriz, la transición hacia vehículos eléctricos y los requisitos de contenido regional del T-MEC podrían reconfigurar flujos en los próximos trimestres. También será relevante el entorno de precios de materias primas y la revisión del T-MEC en 2026, que mantiene a las empresas atentas a la certidumbre regulatoria.
En síntesis, octubre confirmó el dinamismo del comercio exterior mexicano con máximos históricos y un superávit acotado. La manufactura sostiene el impulso, mientras que la debilidad automotriz y la inversión moderada en capital sugieren un avance todavía heterogéneo. Si se consolida la demanda externa y se resuelven cuellos de botella locales, el sector exportador puede seguir anclando el crecimiento, aunque la volatilidad por factores globales y regulatorios seguirá presente.





