Posible impuesto a las remesas desde EE.UU. podría afectar hasta 3% del PIB mexicano, advierte Hacienda
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de México advirtió que la eventual implementación de un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas desde Estados Unidos podría tener un impacto significativo en la economía nacional, equivalente a aproximadamente el 3% del Producto Interno Bruto (PIB). Así lo señaló Edgar Amador, titular de la SHCP, durante su participación en la reciente Reunión Nacional de Consejeros Regionales de BBVA México.
El funcionario destacó que el impacto de este gravamen sería especialmente pronunciado en ciertas regiones del país, ya que las remesas representan, en algunos estados, hasta el 20% del ingreso de los hogares y cerca de un 10% del PIB estatal. “La afectación será muy variable dependiendo de la región. Mientras que el efecto agregado ronda el 3% del PIB nacional, a nivel local puede representar un golpe mucho mayor para comunidades altamente dependientes de estos envíos”, explicó Amador.
Desde 2021, las remesas han superado consecutivamente niveles históricos en México, alcanzando cerca de 63,000 millones de dólares en 2023, según datos del Banco de México (Banxico). Estos flujos constituyen un pilar esencial para millones de familias, particularmente en estados como Michoacán, Jalisco y Guanajuato. La posible imposición de un impuesto por parte del gobierno estadounidense, recién aprobada en la cámara baja de ese país, genera preocupación tanto por su repercusión económica como por el riesgo de exacerbar la vulnerabilidad social en regiones con alta dependencia de las remesas.
Amador subrayó que este impuesto sería considerado una doble tributación para migrantes mexicanos, quienes ya contribuyen fiscalmente en Estados Unidos. Aclaró, además, que desde la perspectiva fiscal mexicana el efecto sería neutral, ya que estos recursos no están sujetos a gravamen en el país. Sin embargo, advirtió que el costo real recaería sobre las familias receptoras.
El secretario también ponderó la posibilidad de que el grueso de la carga recaiga indirectamente sobre la economía estadounidense, si los mexicanos optan por enviar la misma cantidad de dinero a sus familias, sacrificando así su consumo interno en Estados Unidos. “Lo que puede pasar es que los migrantes sacrifiquen parte de su gasto local para mantener sus envíos, terminando por afectar el mercado interno estadounidense”, añadió.
La discusión sobre el impuesto a las remesas cobra relevancia en un contexto de crecientes tensiones políticas y migratorias entre México y Estados Unidos. Analistas consideran que, en caso de implementarse, México podría explorar mecanismos de protección para los receptores de remesas, así como fortalecer programas sociales enfocados en las regiones más vulnerables.
En conclusión, la eventual aplicación de un impuesto a las remesas provenientes de Estados Unidos supone un riesgo sustancial para la economía mexicana, especialmente para las familias y comunidades con mayor dependencia de estos recursos. Aunque la medida podría implicar consecuencias negativas para ambos lados de la frontera, su desenlace y la respuesta de las autoridades serán determinantes para el bienestar de millones de mexicanos.