Expectativa de recortes en tasas de la Fed genera incertidumbre sobre el panorama económico mexicano
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió mantener sin cambios su tasa de interés referencial este miércoles, aunque mantuvo la perspectiva de que el costo del dinero podría disminuir antes de que concluya el año. El anuncio ocurre en un entorno de proyecciones económicas menos optimistas, con una revisión a la baja del crecimiento de la economía estadounidense y previsiones de inflación más persistente de lo esperado, debido en parte al recrudecimiento de políticas comerciales como la reciente imposición de nuevos aranceles por parte de la administración encabezada por Donald Trump.
Las proyecciones de la Fed indican un crecimiento económico de apenas 1.4% para 2024, una inflación anual de 3% y una tasa de desempleo que podría incrementarse a 4.5%, presagiando un panorama de estancamiento con presión inflacionaria. A pesar de estas circunstancias, los funcionarios del banco central estadounidense prevén todavía dos recortes de tasas en 2025 y reducciones marginales en los años siguientes, en un esfuerzo sostenido por devolver la inflación a su meta de 2% anual.
El alza en los aranceles estadounidenses y la expectativa de un ciclo de relajación monetaria más pausado impactan de forma relevante a la economía mexicana. Estados Unidos es el principal socio comercial de México y el mayor destino de sus exportaciones; por ello, una desaceleración en la economía estadounidense tiende a traducirse en menor demanda de bienes y servicios mexicanos, además de poner presión sobre variables clave como el tipo de cambio y los flujos de inversión.
En este contexto, el peso mexicano ha enfrentado episodios de volatilidad, principalmente por la incertidumbre sobre el futuro de la política monetaria en Estados Unidos y las tensiones comerciales globales. La política monetaria del Banco de México (Banxico) se mantiene en terreno restrictivo, precisamente en parte por la cautela ante el entorno externo y la importancia de evitar que una depreciación acelerada del peso alimente presiones inflacionarias internas. Adicionalmente, la elevada tasa de interés en México busca contener los efectos de un contexto global adverso y mantener anclada la inflación local.
Observando hacia adelante, el entorno sugiere que la economía mexicana podría enfrentar retos adicionales en los próximos trimestres, principalmente por un menor dinamismo en Estados Unidos, mayores riesgos en el comercio internacional y condiciones financieras globales más estrictas. Al mismo tiempo, existen elementos de resiliencia, como una base exportadora diversificada y la oportunidad que significa para México la relocalización de cadenas productivas (nearshoring) que buscan acercarse al mercado norteamericano.
En síntesis, la decisión de la Fed y el ajuste de sus proyecciones refuerzan la necesidad de cautela en la política económica mexicana. La evolución de la inflación, el tipo de cambio y el crecimiento estarán determinados en gran medida por el ambiente internacional, por lo que será fundamental mantener monitoreo constante y respuestas ágiles ante posibles cambios repentinos en el entorno externo.