Enfriamiento manufacturero global y aranceles en EU añaden presión a la industria exportadora de México

11:29 03/11/2025 - PesoMXN.com
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Enfriamiento manufacturero global y aranceles en EU añaden presión a la industria exportadora de México

La debilidad de la demanda manufacturera en Estados Unidos y la persistencia de medidas arancelarias en ese mercado volvieron a pasar factura a las cadenas globales de suministro durante octubre, según encuestas empresariales internacionales. Los índices de gerentes de compras en economías avanzadas y en Asia reflejaron un menor dinamismo en nuevos pedidos, entregas más largas de insumos y cautela en la inversión, un entorno que históricamente repercute con rapidez en México dada su estrecha integración con el ciclo industrial estadounidense.

Para la economía mexicana, donde alrededor de ocho de cada diez dólares exportados se venden en Estados Unidos, un bache en los pedidos del vecino del norte suele traducirse en menor utilización de capacidad en sectores clave como automotriz, equipo eléctrico y electrónica. A ello se suma la incertidumbre que generan los episodios de tensiones comerciales: aunque algunas firmas con operaciones en México se han beneficiado del desvío de comercio y del impulso del nearshoring, la volatilidad en aranceles y reglas de origen eleva los riesgos de planeación y encarece ciertos insumos intermedios importados.

Los referentes locales de actividad, como los PMI y el indicador manufacturero del IMEF, han mostrado altibajos en meses recientes, moviéndose alrededor del umbral que separa contracción y expansión. De forma cualitativa, las empresas reportan pedidos más moderados desde el exterior, inventarios más prudentes y decisiones de inversión que se estiran en el tiempo a la espera de mayor claridad sobre costos y demanda. La normalización logística posterior a la pandemia ha ayudado, pero persisten cuellos de botella puntuales y costos más altos en insumos sensibles a la geopolítica y al transporte marítimo.

El frente automotor, pilar exportador, continúa ajustándose a un entorno de consumo más selectivo en Estados Unidos y a requerimientos más estrictos de contenido regional bajo el T-MEC. En autopartes y electrónica, la redensificación de proveedores en Norteamérica avanza, pero no es uniforme: integrar más contenido local exige inversión en maquinaria y moldes, certificaciones y mano de obra especializada, elementos que dependen de condiciones financieras y de infraestructura en México.

En los costos, la apreciación del peso en periodos recientes ha sido un arma de doble filo: abarata bienes de capital e insumos importados, pero comprime márgenes de exportadores que cotizan en dólares. A la par, la política monetaria restrictiva del Banco de México —orientada a consolidar la desinflación— mantiene el costo del crédito en niveles elevados, lo que desalienta algunos proyectos de expansión hasta que haya mayor certidumbre sobre la trayectoria de precios y tasas.

En el plano comercial, la continuidad de medidas arancelarias en Estados Unidos sobre bienes estratégicos y la posibilidad de ajustes selectivos en otros mercados obligan a las empresas mexicanas a diversificar proveedores, renegociar contratos y, en ciertos casos, a rediseñar procesos para cumplir reglas de contenido regional. México, por su parte, ha aplicado de forma temporal aranceles a productos de países sin tratado, una estrategia que protege a la industria local pero que también modifica la ecuación de costos para importadores de insumos.

Mirando hacia adelante, el balance de riesgos para la manufactura mexicana dependerá del pulso de la demanda en Norteamérica, de la estabilidad de las reglas comerciales y de la capacidad doméstica para absorber más inversión. La agenda de competitividad —energía confiable y asequible, infraestructura logística, seguridad y capital humano— será decisiva para convertir el interés por reubicar cadenas en una expansión sostenida del valor agregado nacional. Si el ciclo industrial estadounidense se estabiliza y el entorno de precios sigue cediendo, la actividad manufacturera en México podría encontrar un piso y retomar gradualmente el crecimiento.

En síntesis, la combinación de un enfriamiento manufacturero global y un marco arancelario incierto en Estados Unidos mantiene a la industria mexicana en modo defensivo. La fortaleza del mercado estadounidense sigue siendo el ancla, pero el margen de mejora dependerá de avances internos en infraestructura y energía, así como de señales más claras sobre costos y demanda externa.

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