La incertidumbre comercial rebasada por Trump

El "rey de los aranceles" ha vuelto con más fuerza y viene acompañado de amenazas comerciales aún más agresivas que están afectando a la economía a nivel global, generando una incertidumbre profunda en todos los mercados. El Índice de Incertidumbre de Política Comercial ha alcanzado sus niveles más altos durante la presidencia de Donald Trump. Aunque en su primer mandato se vieron picos importantes, en su segundo mandato se han registrado máximos históricos en este índice.
En su primera administración, cuando asumió el cargo, el índice mostró un primer aumento en enero de 2017, sumando amenazas sobre aranceles a México y la posibilidad de eliminar el TLCAN. El nivel más alto durante su primer mandato fue de 266 puntos en junio de 2019, momento en que Trump anunció un arancel del 5% a todas las importaciones mexicanas. Aunque esto no se materializó gracias a un acuerdo que alcanzó Marcelo Ebrard, entonces secretario de Relaciones Exteriores. Con el triunfo de Trump en noviembre de 2024, el índice se disparó a 345 puntos, ubicándose en 323.75 al tomar posesión en enero. Este índice mide qué tan frecuentemente los principales medios de comunicación estadounidenses abordan temas de incertidumbre en la política comercial. Un índice de 100 significa que solo el 1% de las noticias tratan este asunto. Expertos han enfatizado que, aunque Trump no lleve a cabo sus amenazas arancelarias, la constante lluvia de anuncios y provocaciones mantiene alta la incertidumbre en los mercados y entre las empresas. El Foro Económico Mundial advierte que las políticas comerciales del ex presidente están transformando las estrategias de negocio: el 40% de las empresas están aumentando sus abastecimientos en EE. UU., el 46% están diversificando sus operaciones a otros países y el 62% están priorizando la sostenibilidad en sus decisiones. Como bien apuntan diversas analistas, el comercio es fundamental para el desarrollo económico y cualquier alteración notable en sus flujos genera reacciones inmediatas de gobiernos, analistas e inversionistas. Recientemente, el banco QNB advirtió sobre la potencial escalada de las políticas arancelarias de EE. UU. En las últimas semanas, Trump ha dominado los titulares económicos por su postura proteccionista. Tras un breve respiro desde su regreso a la vida política, la incertidumbre emergió con fuerza. A comienzo de mes, la "guerra comercial" cobró nuevo impulso con amenazas arancelarias directas, incluyendo un 25% a Canadá y México (aún en stand-by) y un 10% a China, ya vigente. Además, se intensificó con propuestas de aranceles universales y recíprocos para todos los productos y un gravamen del 25% en las importaciones de acero y aluminio. Las medidas han continuado, con la Casa Blanca revisando los aranceles al cobre y anunciando un impuesto del 25% sobre productos europeos, lo cual refuerza la percepción de una política comercial cada vez más agresiva. Según QNB, esta tendencia va a mantenerse o incluso intensificarse en los próximos meses, apuntando que se prevé que la nueva administración Trump 2.0 suba aún más los aranceles durante el primer semestre de 2025, lo que tendría implicaciones tanto directas como indirectas para la economía estadounidense. El impacto de estas medidas en la economía global sigue siendo incierto. Sin embargo, está claro que el comercio mundial se enfrenta a días difíciles. Si EE. UU. provoca una guerra comercial contra socios clave como Canadá, la UE y China, las consecuencias podrían ser devastadoras para la economía global. Un estudio del Centro de Política Comercial Inclusiva de la Universidad de Sussex sugiere que las repercusiones no serán iguales para todos los países; algunos se verán más afectados, dependiendo de cuánto dependen del mercado estadounidense. En este escenario, México y Canadá se perfilan como las economías más vulnerables, debido a sus sólidas relaciones comerciales con EE. UU. y su elevada exposición a posibles aranceles. Standard & Poor's estima que la aplicación de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas podría arrastrar a la economía mexicana a una recesión, con las exportaciones reales de bienes y servicios como principal culpable de esta desaceleración a lo largo de este año. Además, los socios comerciales se enfrentan a una gran incertidumbre sobre el futuro del T-MEC. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha mencionado la posibilidad de revisar el tratado antes de 2026, mientras su equipo de la Secretaría de Economía trabaja en buscar un acuerdo.
Es fundamental que las empresas y países en la región se preparen ante esta volatilidad y busquen diversificar sus mercados para mitigar posibles efectos negativos. Así como la historia económica nos ha enseñado, la adaptabilidad y la innovación son claves para enfrentar crisis y aprovechar oportunidades que se presenten en el camino.