Estados Unidos avanza en la imposición de impuesto a remesas; posibles repercusiones para economía mexicana

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves un proyecto de ley fiscal que incluye la imposición de un impuesto del 3.5% sobre las remesas enviadas al extranjero, una medida que ahora será revisada por el Senado estadounidense. Esta enmienda, que reduce el gravamen originalmente propuesto del 5%, forma parte de un paquete legislativo respaldado por el expresidente Donald Trump, el cual contempla también recortes a programas sociales y la eliminación de incentivos a las energías limpias.
De recibir el visto bueno en el Senado, la iniciativa representaría un cambio significativo para los flujos de dinero que millones de familias mexicanas reciben desde Estados Unidos. El embajador de México en ese país, Esteban Moctezuma, afirmó a través de redes sociales que el impuesto, de aprobarse, afectaría severamente a las comunidades migrantes y vulneraría acuerdos bilaterales. Por su parte, funcionarios mexicanos como el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el titular de Hacienda, Édgar Amador, han advertido que el gravamen podría contravenir el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), además de constituir una doble tributación para los mexicanos residentes en Estados Unidos.
Las remesas, que durante el primer trimestre de 2024 sumaron 14,269 millones de dólares —un incremento de 1.3% respecto al mismo periodo del año anterior—, son una fuente crucial de ingresos para numerosas familias mexicanas. En el contexto nacional, su importancia ha ido en aumento, ocupando un papel central en el consumo y el bienestar social de diversas regiones, especialmente en estados con alta migración como Michoacán, Jalisco y Guanajuato. La implementación de este impuesto podría reducir el flujo de remesas hacia México, encareciendo los envíos y mermando el poder de compra de los beneficiarios en el país.
El proyecto de ley más amplio que engloba este nuevo impuesto fue aprobado con una votación ajustada de 215 a 214 en la Cámara baja, encontrando fuerte oposición de la bancada demócrata y de algunos republicanos. Además de gravar las remesas, el texto legislativo promueve recortes tributarios a empresas y personas físicas al estilo de las reformas de 2017, reduce apoyos para programas medioambientales y endurece políticas migratorias, previendo la ampliación del personal de seguridad fronteriza y el fortalecimiento de medidas de deportación.
El debate llega en un momento en que la deuda pública estadounidense se ubica en niveles históricamente altos, tras haber superado el 120% del PIB y enfrentar revisiones negativas por parte de calificadoras internacionales como Moody’s. Mientras tanto, las finanzas mexicanas permanecen estrechamente atentas a cualquier posible sanción que pudiese afectar no sólo las remesas, sino también la dinámica comercial y financiera bilateral.
En resumen, la aprobación inicial de este impuesto por parte de la Cámara de Representantes estadounidense añade incertidumbre al panorama económico mexicano, especialmente para hogares que dependen de las remesas. Si bien el futuro de la medida dependerá de las próximas discusiones en el Senado, se anticipa que México continúe interponiendo recursos diplomáticos y legales para proteger los intereses de su población migrante y evitar potenciales impactos negativos sobre la economía nacional.