Desaceleración de remesas impacta a hogares mexicanos en 2025 ante contexto económico en Estados Unidos

16:35 05/08/2025 - PesoMXN.com
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Desaceleración de remesas impacta a hogares mexicanos en 2025 ante contexto económico en Estados Unidos

Las remesas que llegan a México, vitales para millones de familias, registraron una baja significativa durante los últimos meses y se prevé una caída aproximada del 4% para 2025, la mayor desde la crisis financiera global de 2009. El fenómeno responde, según especialistas, a la pérdida de dinamismo en el mercado laboral de Estados Unidos y a la fortaleza del peso frente al dólar, factores que en conjunto reducen el flujo y el valor real de estos envíos.

De acuerdo con datos del Banco de México, en junio el país recibió 5,201 millones de dólares en remesas, monto que representa una reducción de 16% respecto al mismo mes de 2024. Analistas financieros como Gerónimo Ugarte, economista en jefe de Valmex, atribuyen este retroceso principalmente a la desaceleración de la economía estadounidense. “Quienes envían remesas suelen laborar en sectores económicos cíclicos, mucho más expuestos a los vaivenes del ciclo económico en Estados Unidos”, señaló Ugarte.

El fortalecimiento del peso frente al dólar también ejerce presión sobre el poder adquisitivo de las remesas, ya que la misma cantidad enviada desde el extranjero rinde menos al ser convertida a moneda nacional. A esto se suma un deterioro real del ingreso disponible en los hogares mexicanos, situación que ha sido especialmente notoria durante el mes de junio, cuando la disminución real de los ingresos por remesas alcanzó una magnitud similar a la caída nominal en dólares.

Si bien existen preocupaciones sobre las posibles repercusiones de medidas migratorias más estrictas en Estados Unidos, como deportaciones o impuestos a las remesas futuras, los especialistas consideran que estos factores no han sido determinantes en la evolución reciente del flujo de remesas. Para los analistas de Banamex, el ambiente poco favorable para los trabajadores migrantes y la baja expectativa de creación de empleo en Estados Unidos seguirán acentuando la tendencia a la baja.

A nivel estatal, la caída en la recepción de remesas ha afectado de forma diferenciada. Aunque entidades como Guanajuato, Michoacán y Jalisco siguen concentrando la mayor proporción del total recibido, las reducciones más pronunciadas en junio se observaron en Sinaloa y Ciudad de México, con retrocesos de 25.5% cada una. En contraste, Baja California registró un incremento de 16.8% en comparación anual, evidenciando la heterogeneidad regional que caracteriza al fenómeno.

El retroceso en los envíos de remesas podría tener implicaciones relevantes para la economía mexicana, particularmente en comunidades rurales y en sectores donde estos recursos son fundamentales para el consumo y el bienestar familiar. Asimismo, la reducción en remesas puede limitar el acceso a bienes y servicios, incrementando la vulnerabilidad de ciertos sectores ante un contexto de persistente inflación e incertidumbre económica global.

De confirmarse la disminución estimada para 2025, México experimentaría la mayor caída anual de remesas desde 2009. Esto resalta la dependencia de amplios segmentos de la población respecto a los flujos migratorios y al desempeño del mercado laboral estadounidense, factores sujetos a ciclos económicos y políticas externas. La dinámica reciente subraya la necesidad de fortalecer estrategias internas que diversifiquen las fuentes de ingreso y fortalezcan el poder adquisitivo de los hogares más vulnerables ante choques externos.

En suma, la tendencia a la baja de las remesas representa un desafío económico para México, particularmente para las familias que dependen de este ingreso. La combinación de factores externos, como el mercado laboral en Estados Unidos y el tipo de cambio, obliga a replantear políticas públicas que protejan a los hogares afectados y promuevan alternativas de desarrollo económico a nivel local.

En perspectiva, la evolución de las remesas seguirá estrechamente ligada al desempeño económico estadounidense, mientras que la diversificación de ingresos y el fortalecimiento de la economía interna se perfilan como prioridades para reducir la vulnerabilidad de los sectores dependientes de estos flujos.

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