Desempleo en México repunta ligeramente en abril, aunque la informalidad y condiciones críticas persisten

La tasa de desempleo en México mostró un leve incremento en abril de 2025, situándose en 2.5% de acuerdo con datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este resultado representa un aumento respecto al 2.2% observado en marzo, cuando el país alcanzó el nivel de desempleo más bajo registrado. A pesar del repunte mensual, el desempleo se mantiene en niveles históricamente bajos.

Según el informe del Inegi, el aumento se traduce en aproximadamente 1.53 millones de personas activamente buscando empleo en un entorno donde la Población Económicamente Activa (PEA) creció de forma moderada. En comparación anual, la PEA sumó solo 45 mil personas adicionales, alcanzando los 61.5 millones.

No obstante, la tasa de participación económica —que mide el porcentaje de personas en edad laboral que están ocupadas o buscando trabajo— experimentó una disminución al pasar de 60.5% en abril de 2024 a 59.4% en el mismo mes de 2025. Este descenso sugiere un menor dinamismo en la incorporación o permanencia de personas en el mercado laboral, lo cual puede responder tanto a condiciones económicas como a factores sociales o demográficos.

Pese al leve repunte del desempleo, la población ocupada aumentó en 166,000 personas durante abril, sumando en total 59.9 millones de trabajadores, la cifra más alta registrada desde noviembre pasado. Esta evolución positiva coincide con mejoras en algunos indicadores laborales: la tasa de subocupación —que refleja a quienes laboran menos de lo que desearían— bajó de 7.7% a 7.1% en su comparación anual, ubicando a 4.13 millones de personas en esta condición.

Sin embargo, la informalidad laboral sigue siendo un desafío estructural para la economía mexicana. El 54.7% de los ocupados desempeña sus actividades en el sector informal, prácticamente sin cambios respecto al 54.6% de un año antes. Esta persistencia revela la dificultad para crear y sostener empleos formales con prestaciones y seguridad social para una amplia mayoría de la fuerza laboral. Por otro lado, se observó una mejoría en las condiciones críticas de empleo —aquellas personas que enfrentan ingresos insuficientes o jornadas excesivas—, reduciéndose del 37.5% al 32% en el último año.

El panorama laboral mexicano refleja avances en el combate al desempleo respecto a años anteriores, pero también subraya rezagos en materia de calidad del empleo y transición al sector formal. La leve disminución en la participación económica y la persistencia de la informalidad sugieren retos estructurales que podrían requerir políticas de mayor alcance, especialmente en un entorno internacional de moderado crecimiento y cambios en la dinámica comercial.

En conclusión, si bien México mantiene niveles bajos de desempleo, la creación de empleos formales, con condiciones dignas y estables, sigue siendo uno de los principales desafíos. Las autoridades enfrentan la tarea de impulsar la recuperación y el fortalecimiento del mercado laboral para mejorar tanto la cantidad como la calidad del empleo a mediano y largo plazo.