Tensión portuaria entre China y EU encarece fletes y añade presión a costos para México

13:54 17/10/2025 - PesoMXN.com
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La imposición de nuevas tasas a las escalas portuarias entre China y Estados Unidos, vigente desde el 14 de octubre, está reconfigurando rutas, restando capacidad a la flota mundial y elevando los fletes en los principales corredores marítimos. Navieras internacionales han comenzado a omitir puertos en ambos países para evitar los nuevos cargos, lo que ya se refleja en mayores tarifas y en tiempos de tránsito más inciertos. Aunque se trata de una disputa bilateral, el efecto se extiende a terceros mercados, incluido México, que depende del transporte marítimo para abastecer cadenas industriales y de consumo.

Operadores de contenedores como Maersk, Hapag-Lloyd y CMA CGM han reajustado itinerarios y asignación de buques, reduciendo escalas específicas para evitar los gravámenes. De acuerdo con ejecutivos del sector, la disponibilidad de naves que pueden tocar puertos chinos o estadounidenses se redujo de forma sensible, incrementando la complejidad operativa y el costo por mover carga. El Shanghai Containerized Freight Index repuntó recientemente impulsado por los trayectos transpacíficos, una señal de menor oferta relativa frente a la demanda de transporte.

En energéticos, las medidas también han encarecido los fletes de petroleros hacia China, el mayor comprador de crudo del mundo, por la menor oferta de barcos dispuestos a asumir las nuevas tasas. Aunque México importa mayormente combustibles desde la costa del Golfo de Estados Unidos, un mercado de petroleros más tenso a nivel global puede elevar costos de transporte de hidrocarburos y productos químicos en el hemisferio, encadenando presiones en precios industriales y logísticos.

Para México, el impacto potencial se transmite por tres vías: mayor costo y menor previsibilidad en insumos intermedios provenientes de Asia; posibles cambios de itinerarios que afecten la frecuencia de recaladas en Manzanillo y Lázaro Cárdenas; y una prima de riesgo en fletes que, de prolongarse, podría filtrarse a la inflación de mercancías. Sectores como automotriz, electrónico, textil y de bienes de consumo duradero —altamente integrados con proveeduría asiática— son los más sensibles a alzas en el costo de transporte y a demoras en la cadena de suministro.

El panorama logístico ya venía tensionado por eventos recientes —desde restricciones en el Canal de Panamá en 2023-2024 hasta desvíos por el mar Rojo— que recortaron capacidad efectiva y elevaron tiempos de tránsito. La nueva ronda de tasas entre las dos mayores economías del mundo añade otra capa de incertidumbre. Aunque el peso mexicano ha mostrado fortaleza en los últimos trimestres, amortiguando parcialmente el traspaso cambiario a precios de importación, un incremento sostenido de fletes podría presionar la inflación de mercancías, un componente que el Banco de México vigila de cerca.

Empresas mexicanas han intensificado estrategias de gestión de riesgo: contratos de flete a plazo, diversificación de proveedores en Asia y América, y mayores inventarios de seguridad para mitigar disrupciones. Sin embargo, estos ajustes tienen costos financieros y de almacenamiento que pueden trasladarse a precios finales. En paralelo, la relocalización de producción hacia México (nearshoring) avanza, pero la manufactura nacional sigue dependiendo de componentes asiáticos, por lo que la resiliencia logística continúa siendo un factor crítico.

En el segmento de graneles secos —clave para materias primas como minerales y granos— especialistas estiman que una fracción de la flota de gran tamaño está afectada por las nuevas reglas, lo que reduce opciones de flete y puede encarecer importaciones agrícolas e insumos para la industria pesada. Si las disrupciones se prolongan, los compradores tenderán a priorizar confiabilidad sobre precio, reforzando contratos de largo plazo y rutas alternativas, con implicaciones en la estructura de costos para 2025.

De cara a los próximos meses, el comportamiento de los fletes dependerá de la duración de las medidas portuarias y de la respuesta de las navieras para reequilibrar capacidad. Un alivio en las tensiones podría normalizar tarifas gradualmente; de lo contrario, la presión sobre costos logísticos persistirá. Para México, la combinación de un mercado laboral firme, inversión manufacturera creciente y un banco central cauteloso ofrece cierto ancla macro, pero la incertidumbre externa obliga a las empresas a planear escenarios y blindar inventarios críticos.

En síntesis, el nuevo capítulo de fricciones portuarias entre China y Estados Unidos añade volatilidad a una cadena marítima ya exigida. Para México, el riesgo central es un encarecimiento sostenido de fletes y mayor variabilidad en tiempos de entrega, con efectos en costos industriales y, eventualmente, en precios al consumidor. La gestión activa de riesgos logísticos y la diversificación de proveeduría serán determinantes para amortiguar el impacto.

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