Hacienda ajustará al alza el IEPS a gasolinas y diésel en 2026: qué cambia y cómo podría reflejarse en el precio

15:45 24/12/2025 - PesoMXN.com
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Hacienda ajustará al alza el IEPS a gasolinas y diésel en 2026: qué cambia y cómo podría reflejarse en el precio

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) actualizará a partir del 1 de enero de 2026 las cuotas del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicables a la gasolina, el diésel y otros combustibles, como parte del mecanismo anual que ajusta estos gravámenes conforme a la inflación. El acuerdo fue difundido en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y responde a la regla prevista en la ley para que el impuesto mantenga su valor real en términos de poder adquisitivo.

El ajuste para 2026 se calculó con un factor de actualización de 1.0379, derivado del comportamiento del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) entre noviembre de 2024 y noviembre de 2025. En la práctica, esto significa que la cuota por litro que se cobra vía IEPS sube en línea con la inflación observada en ese periodo, sin que implique por sí mismo una reforma fiscal o la creación de un nuevo impuesto.

Con la entrada en vigor de las nuevas cuotas, el IEPS federal por litro quedará en 6.7001 pesos para gasolina menor a 91 octanos (regular), 5.6579 pesos para gasolina de 91 octanos o más (premium), 7.3634 pesos para diésel y 5.6579 pesos para combustibles no fósiles. Además, se actualizarán las cuotas del componente ambiental aplicable a combustibles fósiles, así como el componente del IEPS que se transfiere a las entidades federativas mediante las cuotas “estatales” para gasolina regular, premium y diésel.

El anuncio suele interpretarse como un incremento automático en el precio al público, pero el efecto final en la estación de servicio no es mecánico. El costo que paga el consumidor depende de una combinación de variables: la cotización internacional del petróleo y de los refinados (gasolinas), el tipo de cambio peso-dólar —clave porque buena parte de los combustibles y referencias de precio se determinan en dólares—, los márgenes de logística y comercialización, y, de manera relevante, los estímulos fiscales que el gobierno federal decida aplicar al propio IEPS.

En México, Hacienda utiliza con frecuencia estímulos al IEPS para suavizar episodios de alta volatilidad internacional o presiones inflacionarias, reduciendo temporalmente el impuesto efectivo que se cobra por litro. Cuando los precios internacionales suben con fuerza o el peso se deprecia, el estímulo puede amortiguar el impacto; cuando las condiciones se relajan, el estímulo tiende a disminuir o desaparecer, permitiendo que la recaudación se normalice. Por ello, aun con una cuota “actualizada” al alza en papel, el precio final puede moverse menos si la autoridad compensa una parte mediante estímulos, o moverse más si el estímulo es bajo y además se combinan choques externos.

El ajuste del IEPS ocurre en un contexto en el que la inflación en México ha mostrado episodios de desaceleración y rebrotes, y donde el combate al alza de precios sigue siendo un objetivo central de la política económica. Para el Banco de México, los energéticos son un componente especialmente sensible por su transmisión indirecta a costos de transporte y distribución, aunque su impacto en la inflación subyacente suele darse con rezagos y depende de la magnitud del movimiento. En ese sentido, cualquier variación en combustibles se observa de cerca por su influencia potencial sobre expectativas inflacionarias.

Desde la óptica de finanzas públicas, la actualización anual busca proteger el poder recaudatorio del impuesto. El IEPS a combustibles es una fuente relevante de ingresos tributarios, pero también ha sido un instrumento de política de precios: cuando los estímulos son elevados, la recaudación disminuye y el costo fiscal aumenta; cuando son bajos, mejora el ingreso, pero puede haber mayor presión en los precios al consumidor. El balance entre estabilidad de precios, recaudación y señales de política pública suele volverse más complejo en periodos de volatilidad energética global.

Para empresas y hogares, el ajuste en IEPS se convierte en un elemento más dentro del cálculo de costos para 2026. En sectores intensivos en transporte —logística, comercio, algunas ramas manufactureras y servicios—, los combustibles inciden en estructuras de costos y, eventualmente, en precios. En el caso de los hogares, el impacto puede sentirse tanto por el gasto directo en gasolina como por efectos indirectos en tarifas y bienes que dependen del traslado. Aun así, la magnitud concreta dependerá del nivel de estímulos, del comportamiento del tipo de cambio y del mercado internacional de refinados.

Hacia adelante, el desempeño del precio de los combustibles en México seguirá atado a factores externos —tensiones geopolíticas, decisiones de producción de crudo, demanda global— y a variables internas como la estrategia de estímulos, la logística de suministro y la competencia regional en estaciones de servicio. También continuará el debate sobre el papel del IEPS como instrumento recaudatorio, de estabilidad de precios y, en su componente ambiental, como señal para internalizar costos por emisiones, en un entorno donde la transición energética avanza pero el consumo de combustibles fósiles sigue siendo predominante.

En síntesis: el IEPS a gasolinas y diésel se actualizará desde el 1 de enero de 2026 conforme a la inflación, elevando cuotas por litro, pero el efecto sobre el precio final dependerá de variables como petróleo, tipo de cambio y, sobre todo, los estímulos fiscales que determine Hacienda. El ajuste preserva la recaudación en términos reales, mientras que su impacto inflacionario y en costos logísticos será función de las condiciones del mercado energético y de la estrategia fiscal durante el año.

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