Sofomes refuerzan controles para prevenir lavado de dinero y financiamiento al terrorismo

Las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes) se preparan para presentar ante el regulador un decálogo de mejores prácticas dirigido a fortalecer la prevención de lavado de dinero y del financiamiento al terrorismo en México. Esta propuesta, impulsada por la Asociación de Sofomes en México (Asofom), llega en un contexto internacional en el que el escrutinio sobre las actividades financieras ha aumentado tras recientes designaciones de grupos criminales mexicanos como organizaciones terroristas por parte del gobierno de Estados Unidos.
Javier Garza Hoeffer, presidente de la Asofom, destacó que la intención principal es reforzar los mecanismos preventivos en un entorno de creciente preocupación global. Aunque la normativa local en materia de prevención de lavado de dinero es considerada suficiente hasta el momento, la amenaza de financiamiento a grupos terroristas y la presión de supervisión internacional impulsan a las Sofomes a detallar y robustecer sus procesos internos.
Entre las medidas contempladas, se prevén modificaciones en los sistemas operativos, las matrices de riesgo y los manuales internos de operación de las Sofomes. Garza Hoeffer explicó que estos cambios serán el primer paso hacia auditorías más rigurosas por parte del regulador nacional. Actualmente, la regulación de las Sofomes exige el cumplimiento de normas de “conoce a tu cliente” (KYC, por sus siglas en inglés), pero, según la Asofom, no cubre a profundidad la prevención contra el financiamiento al terrorismo.
La preocupación por el tema cobró fuerza luego de que en febrero pasado autoridades estadounidenses designaron a seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Posteriormente, en junio, la Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro (FinCEN) incluyó a varias instituciones financieras mexicanas en sus alertas por posible lavado de dinero y nexos con dichos grupos. Este entorno eleva el riesgo de que empresas aparentemente legítimas vinculadas a actividades ilícitas accedan a financiamiento, lo que podría convertir inadvertidamente a las Sofomes en participantes de operaciones ilegales.
Además, la Asofom anticipa que Estados Unidos ampliará la supervisión sobre distintas industrias, incluyendo inmobiliarias, de construcción y automotriz, lo que implica mayor exigencia para los intermediarios financieros mexicanos al momento de evaluar a sus clientes y socios comerciales.
Respecto a la colocación de crédito, Garza Hoeffer anticipó que 2025 será un año desafiante para el sector. Si bien el crecimiento en la cartera crediticia de la banca comercial fue de 13.6% y el de las Sofomes de 11% el año pasado, para este año se estima un incremento mucho más moderado, de entre 5 y 7%. Factores macroeconómicos como la desaceleración económica global, la inflación y ajustes en política monetaria han llevado a las instituciones a optar por una estrategia más cautelosa. No obstante, el representante de la Asofom descartó que las nuevas medidas de prevención sean el principal motivo del menor dinamismo crediticio, subrayando que la Asociación cuenta con un portafolio de más de 3,000 productos avalados por la Condusef y que mantendrá su compromiso con el financiamiento tanto a empresas como a personas físicas.
En resumen, las Sofomes mexicanas están dando pasos decididos para reforzar sus sistemas de prevención y alinearse con los estándares internacionales tras las recientes designaciones de riesgo por parte de Estados Unidos. Si bien estas acciones buscan proteger la integridad del sistema financiero, también podrían introducir cierta cautela adicional en la colocación de crédito a corto y mediano plazo. El reto hacia adelante será equilibrar la protección contra delitos financieros con la necesidad de seguir impulsando la inclusión crediticia en la economía mexicana.